Nuestro patrimonio: donde el pasado se encuentra con el futuro
abril 20, 2021Es curioso como últimamente están saliendo cada vez más noticias o denuncias a través de las redes sociales y los medios de comunicación sobre atentados contra el patrimonio. Recientemente veíamos como una mala intervención, porque no podemos llamarla restauración, ha dañado la maravillosa casa Gómez de Cáceres, cuyos últimos propietarios fueron la familia Bethencourt González, en plena calle Real del casco histórico de Los Llanos de Aridane.
Edificada en 1796, con su arquitectura tradicional y sus peculiares ventanas atabiadas de celosías palmeras, las imágenes que han trascendido hasta la prensa dan auténtica tristeza y genera escalofríos. Se supone que, en este tipo de edificaciones, sólo deberían estar permitidas las obras de consolidación, conservación, restauración y reforma restringida, siempre y cuando no afecte esta última a elementos significativos. En ningún caso, además, las obras deberían afectar a elementos estructurales. Se supone, además, que para su realización se debería necesitar un Estudio Previo Urbanístico que debería ser aprobado por el Ayuntamiento.
Dicho lo expuesto, desde estas humildes líneas, sólo espero que se proceda, sin dilación, a la adopción de las respectivas medidas sancionadoras para los responsables de tal acción, ante el presunto incumplimiento de la licencia concedida. Asimismo que, en consecuencia, se depuren las responsabilidades jurídicas y económicas pertinentes para quienes por acción u omisión han tolerado esta destrucción ya irrecuperable de nuestro patrimonio histórico municipal. Y es que, el conocimiento, cuidado y respeto por los vestigios de nuestro pasado garantizan una sociedad consciente de su historia y, por consiguiente, con un mejor futuro.
Precisamente en estos tiempos de pandemia, ante las expectativas de futuro del sector turístico, donde el turismo extranjero y de masas se prevé inviable, el patrimonio histórico-cultural es, sin duda, uno de los grandes valores de nuestro municipio. En una Isla de población envejecida, donde el campo muestra un clara tendencia a la despoblación, el patrimonio es uno de los recursos más atractivos para generar riqueza y atraer o retener a los jóvenes. Por otra parte, la conservación, gestión, investigación y transmisión del patrimonio requiere de profesionales altamente cualificados. Quizá, aquí estamos errando. Salva contadas excepciones, no hay conciencia.
En otro orden de cosas, es indudable que pocos sectores son capaces de transmitir una idea de sensibilidad hacia la historia y la cultura tan elevados como una buena gestión del patrimonio cultural. De ahí que, a principios de año, celebrase personalmente el impulso y la creación de la Unidad de Patrimonio municipal, ante la amenaza que presenta nuestro patrimonio de cara a las próximas décadas. Ahora falta lo más importante, proporcionarle funcionalidad y dotarlo de los mecanismos suficientes para que, dicho organismo, pueda actuar, trabajar en tal crucial cometido. Confío que así sea.
No debemos olvidarnos de que, la importancia de proteger el patrimonio histórico, cultural y natural de nuestra tierra, es nuestra seña de identidad, debemos cuidarlo y conservarlo porque es parte esencial de lo que somos.
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