¡Me vacuné contra el Covid-19!

abril 10, 2021

Les voy a contar mi experiencia con la vacuna del Covid-19, pero para ello desgrano unos pequeños detalles sobre la vacuna de Pfizer que, en este caso, ha sido la que me suministraron. 

Además de todos los datos que todos deberían ya conocer acerca dicha vacuna, no debemos olvidarnos de un aspecto que para mí es revelador, por allá de abril 2020, ya existían 115 candidatos a desarrollar una vacuna para esta terrible pandemia. Pero no fue, precisamente, hasta el 9 de noviembre cuando Pfizer, en asociación con BioNTech Group, anunció su vacuna, con una eficacia >90%. Es decir, ha habido mucho trabajo, exigencia,  seriedad, para que cuatro pirados, mequetrefes, echen por tierra un hito científico. 

Ahora bien. En lo que al proceso de vacunación respecta, lamento que no haya una estrategia común, un único posicionamiento, fijo y común, por parte de la globalidad de miembros de la Unión Europea. Si no nos creemos el mensaje europeo, el proyecto europeo y, ante la más mínima, vamos cada uno por nuestro lado en un asunto de tanta envergadura... no podemos permitirnos el lujo de errar, de improvisar, de generar más desconfianza. 

Digo lo expuesto porque, lo vivido estos días, en torno a la problemática de la vacuna de Astrazeneca, con sus trombos, y las edades "bailantes" de suministro, completamente distintas de un país a otro e, incluso, con interrupción por parte de algunos países miembros en su administración, únicamente... supone más caos, más ruido, en un momento de vital importancia, crucial para la humanidad. 

Por ello, a pesar de la emoción que tuve al recibir la carta-invitación para la vacunación, curiosamente el mismo día de mi cumpleaños, no pude evitar estar muy nervioso esos días previos. Estuve completamente estresado, al borde del infarto. Demasiada desinformación, tanto bombardeo mediático morboso, divulgado por las redes sociales con el único fin de arañar unos cuantos likes, etc, cegaron completamente cualquier posicionamiento racional en mí. 

Yo no no es que me considere el más listo del mundo, leo mucho, intento siempre corroborar, contrastar,  asesorarme,  y estar en pleno proceso de adquisición formativa, constante..., pese a ello, me plantée no vacunarme por miedo. 

Y es que nos gobiernan negacionistas que  tienen comprado el silencio cómplice de los grandes medios de difusión. El miedo juega para que no estemos en sendas jornadas de protesta, ante tanto caos con esta pandemia. ¿Cómo no sentir profundamente algo de miedo, cuando, contrario a la opinión de líderes en redes y negacionistas con título, la vacuna afecta a conocidos, cuya realidad, estaba según las apuestas, por fuera de todo riesgo?. 

Sin perderme en exceso, me vacuné y, después de pasar por varios controles de acceso, control de datos, etc... en la gran infraestructura habilitada para tal efectos, y previa entrevista médica, la facultativa médica me suministró mi primera dosis de la vacuna de Pfizer. Sobre los diez minutos posteriores, estando en observación, sentí una cadena considerable de temblores y, hasta la fecha, más de 24 horas después, lo que me noto es dolor de cabeza, malestar general, escalofríos, ganas de vomitar y mucho dolor en el brazo. Esperemos que no se prolonguen ni intensifiquen estos síntomas, tampoco en la segunda dosis. 

Bien es cierto que, el hombre es un ser social y necesita compartirlo todo, le cuesta mucho ser independiente y no hacer las cosas con el apoyo de otros y que, la sociedad actual, le ha dado unos nuevos medios para hacerlo, pero el problema está en la dependencia a ellos. ¡Vacúnense! Nunca se va a comparar estar dos o tres días con estos síntomas a tener un tubo en la garganta en medio de la terapia intensiva. Son unas horas desagradables pero, el beneficio es mucho mayor que los inconvenientes, y en unos días inmunizado.

También te puede interesar

0 comentarios